martes, 11 de enero de 2011

...desde el rinco obscuro del pensamiento ajeno


Hay amores que vivimos aunque no sean los nuestros.

Hay amores que defendemos con la fogocidad con que podríamos defender ese que sentimos dentro de nuestra alma. Pero toda esa lucha la vive la muerte sigilosa de un pensamiento.

Ahora escribo entrometida en una vida ajena, no mia. Intentando aclarar los sentimientos de ella hacia él y de él hacia ella.

Anexo:

¿Qué recuperamos de lo perdido, si lo que se ha ido está lejos para siempre?
¿Qué manipulamos del consumido olvido, si saber que no está es recordarlo?
Pero una esperanza abre puertas inseguras, porque querer recuperar te dice que en realidad no se ha ido, porque querer manipular es adiestrar tus recuerdos y sólo pensar en lo que no has sufrido.
¿Qué dice el destino de los amores?
Tu sombra existe, ¿Cómo olvidarla, si fuiste eso que siempre has sido?
Me ata el miedo y hemos vivido enviando nuestro amor al mar abstracto de lo prohibido.

Poca esperanza, porque te miro y no puedo verte.
Amor prohibido por nuestra causa,
No culpemos al destino.

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