La verdad escrita

La incipiente dulzura con que me hablaban tus ojos revolotean en mi mente las noches repletas de silencios.
Ya no conozco el sabor del beso tibio que calmaba mis anhelos.
En tu lugar a quedado un árbol que oculta a la luna,
un cielo obscuro que grita tu ausencia
y un despojo de besos que ocultan mi tristeza.

El inquieto viento de la madrugada reproduce los sónidos de mi alma,
más no importa que me agobie un crudo abismo, la voz queda obsoleta frente a lo prohibido.

Siento tu rostro como una realidad lejana.
Sentencias divulgan los hechos que culpa mi alma.

Despojo del destino la verdad escrita.
Precedo a la alegría que muestra un precipio.